La felicidad o el bienestar, es algo difícil de conseguir y muchas veces somos nosotros mismos, por nuestra forma de negar la realidad y evitar enfrentarnos a los hechos los que nos ponemos barreras.
Asumiendo ciertas verdades “dolorosas” y aprendiendo a aprovechar la investigación podemos llegar a convertir aquello que aparentemente parece una situación desesperada en un trampolín a un estado mejor.
La muerte es inevitable
A todos, más tarde o más temprano, nos llega la hora, y sin embargo el miedo a la muerte nos hace actuar como si no fuera así. Al final, perdemos la noción de aquello que es importante, desperdiciamos nuestro tiempo y dejamos de priorizar.
Los investigadores sugieren que debemos vivir la vida como si cada mes fuera el último. Imaginando que hay un final cerca, lo que nos hará apreciar todo de forma más profunda y tener una vida más satisfactoria.
Las cosas que valen la pena llevan trabajo
No basta con intentarlo, hay que intentarlo realmente, y aun así, igual no lo consigues. Apasionarse por algo, comprometerse, hace que la vida sea más interesante.
Según investigaciones realizadas a personas desde su niñez hasta su muerte, aquellos que habían trabajado duro vivían más tiempo. Cierto que la lucha puede no conducir a una vida feliz en el corto plazo, pero lleva a una vida significativa en el largo plazo.
Nunca se es completamente feliz
Los seres humanos pasamos la vida buscando ese algo que creemos que nos falta para alcanzar la felicidad plena, cuando la verdad es que siempre van a haber incomodidades y preocupaciones.
En otro de esos estudios a lo largo del tiempo, los sujetos estudiados que resultaron más felices fueron aquellos más capaces de afrontar los inevitables problemas de la vida.
Insistir en que la vida debe ser la felicidad sin parar es la forma más segura de permanecer infeliz. Trabaja para crear buenos momentos. Acepta que habrá malos momentos. Y luego ve a construir más buenos momentos.
La gente te decepcionará
Podremos desear que los demás sean perfectos el día que nosotros seamos perfectos, es decir, nunca. Las personas te causarán problemas, pero también son la mayor fuente de felicidad.
Evitar los hechos perpetúa el dolor. Debemos enfrentarnos a los problemas, y cuando lo hacemos, crecemos y vivimos vidas mejores.
Fuente: bakadesuyo.com
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