Según su cultura, los seres humanos eligen diferentes rituales cuando se saludan, algunos se besan dos veces, otros una, otros se abrazan… Pero hay un ritual que se mantiene consistente en todas ellas y ese es el apretón de manos.
Parece que originalmente del apretón de manos servía para mostrar al otro que uno iba desarmado, pero hoy en día, ¿sigue teniendo alguna función real o es una simple formalidad?
Para responder a esta pregunta se llevaron a cabo una serie de experimentos en los que se perseguía descubrir de qué forma un apretón de manos podía ayudar en la negociación de acuerdos.
Los resultados demostraron que estrechar la mano de la otra persona es un gesto poderoso, que se percibe positivamente y que, en efecto, conduce a mejores resultados. Observaron, por ejemplo, que si los participantes del estudio, involucrados en una negociación simulada sobre un coche, se daban la mano de antemano, llegaban a un acuerdo más cooperativo y ambas partes conseguían lo que querían.
En otro escenario, los investigadores animaron al azar a algunos participantes a estrecharse la mano, mientras que a otros les sentaron inmediatamente. Una vez más, las parejas que habían intercambiado el apretón de manos obtuvieron mejores resultados en la posterior negociación y fueron incluso más honestas y amables.
El resultado, podemos concluir, es que el apretón de manos, más allá de un simple formalismo, se percibe como una señal de cooperación. Un posible área a estudiar, sugieren los investigadores, es si los abrazos, los choques de cinco o los golpes de puño provocan los mismos resultados.
Fuente: Harvard Business School Working Knowledge
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